Prueba de color. ¿Por qué es necesaria?
Prueba de color. La pantalla no sirve como prueba.
Una prueba de color es una prueba de impresión para conseguir una aproximación fiel de los colores que se obtendrán al imprimir el trabajo. Es un simulacro que permite comprobar si el color de la impresión corresponde con nuestro diseño.
Es importante recordar que los colores que vemos por el monitor NO son reales. La pantalla del ordenador no es fiable ya que múltiples factores (el brillo, el contraste, la gama de colores, etc) pueden alterar nuestra percepción de los colores. No importa lo que nos haya costado dicho monitor, la pantalla no sirve como prueba. Además, el monitor puede representar una infinidad de colores, las impresoras no.
La excepción sería que visualicemos el diseño en un monitor calibrado con el perfil ISO que esté usando nuestra imprenta habitual.
Por otro lado, el monitor entiende los colores en un lenguaje (Color RGB) y la imprenta offset trabaja en otro diferente (Color CMYK). Como vimos en el anterior post necesitamos un «traductor» entre la pantalla y la imprenta. Y como suele suceder, siempre se pierde algo de información en la traducción. Es decir, la conversión de un modelo a otro implicará cambios en el color.






